Mi libro de historias


Ahora te contaré algo que ha pasado un día no muy normal pero tampoco extraño ni correcto, fue para el día 17 del año mil quinientos no recuerdo...
Hacía mucho frío era de madrugada el sol parecía estar enojado con todo el mundo en especial conmigo yo me encontraba encaminado en su búsqueda podría decirse ya que me encontraba caminando hacia lo alto de una montaña, la oscuridad cubría todo y solo me guiaba con la luz que producía una pequeña lámpara de gasolina que tenía en medio de tal caminata empecé a ver claridad pero no del solo aún eran como las tres con unos treinta minutos tal vez pero veía una clara luz un poco más adelante de mi camino, me impulsé con gran velocidad para indagar aquel destello; éste era producido desde una gran roca que se encontraba al lado del camino, al acercarme, cubriendo levemente mi ojos para no deslumbrarme, la luz se apagó y mi lámpara de igual manera, todo se tornó oscuro de nuevo y ni siquiera la luz de luna, es esa hermosa luz que en esta día no tenía.

Trate de encontrar algo con mis manos pero el piso parecía de algodón, no sentía hacia donde caminaba y tampoco encontraba nada en ninguna dirección donde trataba de tocar, me empezaba a preocupar cuando de pronto toque un árbol, al tocarlo le pude ver y al verle también todo a mi alrededor, ya no estaba en la montaña y esto fue lo más curioso, me encontraba dentro de una cueva, una con árboles altos, algo extraño el que pudiera verlos y era porque estos producían luz desde su copa; Puede por un momento parecerse a la grandiosa historia de Julio Verne “Viaje al centro de la tierra” pero esta es otra historia, una en la que me encontraba yo y solo yo, era lo que me ponía nervioso tal vez pero me intrigaba la manera en la que había llegado a este lugar.

¡Continua! Escuché, pero desde no sé qué lugar, tal vez porque el eco cubría toda la cueva en la que me encontraba. Trate de gritar para preguntar pero mi voz se perdía entra los árboles, entre las ramas, entre las hojas y luego caía en las pequeñas piedras y se desvanecía, camine pero no había salido, entonces empecé a caminar al centro de este sitio y cuando me acercaba de nuevo vi la roca, esa que hace un momento estaba brillando con luz propia.

Esta vez me acerque de forma más lenta y sobre ella puede notar un libro, uno no muy grande pero tenía un aspecto desecho, era un libro antiguo, su pasta era muy gruesa y sus hojas color café casi desgastado, antes de tomarlo mire hacia todas partes, seguía en aquel lugar solo. Levanté su pasta y vi como las letras corrían por la primera página, corrían para formar una frase, una que decía  algo así como "Hola forastero" me sorprendió y de nuevo las letras se movieron diciendo esta vez "¿Qué has venido a buscar?” no sabía si contestar o no ¿a quién?

Entonces continué a la siguiente hoja, esta tenía un dibujo; Un hombre subiendo una montaña, la siguiente página tenía otro dibujo y se podía ver un destello dibujado y un hombre cerca cubriendo sus ojos y corriendo montaña abajo. La siguiente página tenía de igual forma otro hombre y en la siguiente la misma luz, y el mismo el hombre corriendo para alejarse...  Al acercarme casi al final de estas hojas repetitivas pero cada una con hombres diferentes, puede notar una silueta similar a la mía pero éste hombre no corría en la siguiente página, éste se acercaba al libro, se acercaba a la roca, En la siguiente un tornado se veía y podía notar una especie de laberinto, uno en el que se perdía la silueta del ser de esta manera entendí lo que había pasado conmigo, me trasladé a este lugar por la magia del libro, por no haberme retirado como todos los demás,  por no tener miedo a buscar y querer conocer algo diferente.

El miedo a las cosas nuevas o no comunes hace que la humanidad no vea la maravilla que tiene el mundo.

Al tomar el libro para guardarlo de nuevo todo se tornó oscuro pero esta vez no pude caminar, no me podía mover, estaba en medio de la oscuridad y me sentía congelado, me sentía pesado y entonces el miedo se apodero de mi cuerpo y un grito, un grito de desesperación me hizo despertar; me encontraba tirado junto a la roca que se encontraba al lado del camino, el sol estaba en lo más alto del cielo y el libro, el libro se encontraba justo a mi lado con hojas blancas, muchas hojas blancas en las cuales ahora plasmo las historias fantásticas que hacen soñar a cada persona que las lee, historias que hacen pensar, vivir, y crear una propia y diferente realidad…

-Jw-

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Oración al Odio

La vida es el futuro

Invictus