Paciente escritor ya no escribió más
Mil
palabras, todas juntas a la vez llegan a mi mente y no esperan a que
pueda acomodarlas todas, algunas pesadas otras sin dolor al ponerse
sobre el papel; una tras otra bajan a prisa y se empiezan a
organizar, muy educadas empiezan a pasar y me dan tanto tiempo para
plasmarlas que puedo tomar un café. ¡oh! A quien engaño no me
gusta el café...
Miren
todos, ¡ahí, en mis hojas! Las letras han cobrado vida y como si
una pieza de vals hubiese empezado a sonar ellas han empezado a
bailar… ¡hay no! Mi poema se habrá de confundir…
Me
siento en la silla, mis codos sobre el escritorio y mis manos
sosteniendo mi cabeza entristecida, me fijo hacia el papel, ¡oh! Las
letras están quietas como si alguien las hubiera escrito apenas.
¿Qué tendría el agua que me tome? Bueno, retomemos; ¿en donde
iba?…
…Y
el hombre espero a su amada y esta no llego, y el hombre escribió
poemas vivos y estos le engañaban y le confundían y entre tinta y
papel, entre agua, baile y locura sus manos no plasmaron más, sus
ojos más bailes no contemplaron, su espíritu ya no espero más y
tendido en el suelo de su desván a de descansar hasta ser recogido
por alguien, o hasta ser consumido por la soledad...
-Jw-
Comentarios
Publicar un comentario