De la nada
Estaba
hay… recuerdo el día, no era uno normal, llovía en el sitio en
donde estaba, pero podía ver en el horizonte un rayo de sol
apuntándome…
Estaba
cansado, sentado en una roca, las gotitas de agua se resbalaban por
mi piel y yo solo esperaba algo… ¿Qué? Buena pregunta, porque no
recuerdo el cómo llegue a este sitio, recuerdo que escuchaba las
noticias de cada noche con su mal panorama del mundo cuando de
repente un descuido me alejo de lo conocido y, eme aquí, esperando
algo que no se si pueda ocurrir. El tiempo que pasa sin medida, sin
preguntas, sin respuestas y yo, solo continuaba a la espera.
Puede
que solo estuviera esperando el momento en el que el mundo
dejara de sangrar, porque al fijar la mirada en mi piel no era agua
lo que rodaba, era sangre, sangre de un cielo herido por las manos de
hombres que pensaban en conquista, pero el día en que acaben
su tonta guerra, su tortura al mundo, al final; Ese día no habrá
premio pues ya lo habrán destruido todo.
Quise
levantarme, quise caminar para cubrir mi cuerpo de aquella extraña
lluvia pero al bajar de la roca y mirar el suelo me encontré sobre
un barco, todo se tornó confuso en mi mente, miré hacia todas
partes y efectivamente estaba en un barco el cual no tenía más
tripulación que la de este servidor, empecé a caminar y a recorrer
el lugar pero este no tenía tan siquiera un timón para conducir, me
encontré solo y a la deriva por un mar claro en el cual podía ver
un mundo pasar.
Luego
de un tiempo de reflexión y desespero quise escapar de allí así
que me decidí a saltar por la borda, tome impulso y me lance por uno
de los costados del barco fue esto como si me hubiera lanzado a un
tobogán de parque ya que al lanzarme no caí al agua, empecé a
volar a gran velocidad sin ver lugar de dirección mientras caía o
volaba podía ver mis años pasar, cada error, cada palabra, cada
momento de soledad en el cual pensaba con todo terminar, pude ver
estos momentos y a la ves al girar mi cabeza notaba personas que me
buscaban que me llamaban y preocupadas intentaban acercarse a
platicar pero segado por mi rencor yo continué en soledad.
Cuando
al fin estaba tomando conciencia propia vi que la caída terminaba y
frente a mí un muro de ladrillo el cual recibió mi cuerpo de una
manera tan extraña que pude rebotar aun cuando caí de frente contra
él, después de elevarme y empezar a descender, esta vez de espalda,
al caer, solo vi el techo de mi habitación, note mucho silencio, la
tv estaba apagada y mi rostro mojado por la brisa que se pudo colar
por mi ventana abierta, me levante la cerré y hasta ahora entre
tantos pensamientos, no he querido volver a dormir.
-Jw-
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